Chica Sobresalto presenta ‘El tiempo bala’, el primero de los retales de su último álbum

Después de publicar el pasado mes de mayo ‘Oráculo’, su último álbum, Chica Sobresalto nos hace partícipes ahora de sus retales, canciones que se quedaron por el camino, como esos trocitos de tela que sobraron, esos preciosos que no encajan con nada y que guardas en un baúl con cariño.

‘El Tiempo Bala’ es una canción sin final. Es el primero de estos retales que surgieron en el proceso de promoción del disco. Canciones que nacen en casa, improvisaciones, letras escritas en el propio proceso de grabación y que han ayudado a Chica Sobresalto a cargar pilas cada vez que se venía abajo. 

Los compuse en un proceso complicado en el que me di cuenta de que estaba pasando por una depresión y me rendí a la medicación que tanto miedo me daba, porque ya no sabía cómo salir del agujero en el que me había metido. Tienen fallos, absolutamente todo lo he grabado, mezclado y masterizado en casa con la ayuda de Bruno Alves, sin el cual esto no habría sido posible en ninguno de los casos. Gracias. Los vídeos los he grabado con Santi Goicoechea, Xabier Ansó, Ane Aldaya y Bruno Alves. Gracias queridas, gracias por ayudarme con tantísimo cariño, por trabajar por y con amor.

Chica Sobresalto

‘El Tiempo Bala’ (en inglés, bullet time) es una técnica visual que consiste en una ralentización extrema de la acción para permitir ver movimientos o sucesos muy veloces, como el recorrido de una bala, al mismo tiempo que la cámara se desplaza y modifica el ángulo de visión. También es usado para crear efectos dramáticos, como en la película The Matrix. 

De vez en cuando vuelvo a ver todas las películas de Matrix porque soy bastante friki. Cuando vi a Neo moviéndose a cámara lenta esquivando las balas, me di cuenta de que yo me había quedado en un bucle así; en el que el tiempo se había estirado como un chicle y a diferencia de Neo, yo no tenía balas que esquivar, ni podía controlar su efecto. Me recordó la ansiedad, a ese sistema de acción; de lucha y huida que tu cuerpo pone en marcha incluso cuando no hay ningún peligro del que escapar. En este caso las pulsaciones se ralentizan en lugar de acelerarse, como si mi organismo ya hubiera gastado todas las taquicardias desde la primera vez con 13 años. Me dio pánico quedarme allí, en ese lugar en el que el tiempo, tan relativo, se había convertido en una tortura a cámara lenta. Me hubiera gustado relagarle ese tiempo a alguien que hubiera sabido aprovecharlo mejor que yo, y con aprovecharlo no me refiero a sacarse un master, sino a sentarse en una terraza con alguien, pasear a los perros, o mirar las hojas de los árboles moverse con el viento.

Chica Sobresalto