Entradas

Ciclonautas en el Rock Fest de 2022

Nos enorgullece poder hacer público que Ciclonautas figuran en la programación de la próxima edición del Rock Fest de Barcelona, a celebrarse entre los días 30 de junio y 2 de julio; el trío hispano argentino está anunciado para la última jornada, en un cartel comandado por Kiss, Judas Priest y Megdeth. Info, abonos y entradas próximamente en este enlace, www.barcelonarockfest.com

El día de la liberación, nuevo videoclip de Sôber

Es un placer presentaros El día de la liberación, nuevo videoclip de Sôber, cuarto de los rodados sobre las canciones de su último disco de estudio Elegía.

He aquí a Sôber en su hábitat natural por excelencia, los escenarios, remarcando a fuego su impronta sonora de manos de un tema que viene a ser una poderosa demostración de rock-metal del siglo XXI: seductor y pegadizo a un tiempo sin perder pegada ni un ápice de fuerza.

Referenciales desde su fundación en Madrid a principios de los 90, Sôber volvieron a sentar cátedra en este 2021 conElergía, álbum con el que volvieron a reincidir  nuevamente a la hora de captar la atención del gran público.El día de la liberación, he aquí la constatación de que Sôber, nuestra banda de rock/metal por excelencia, está madurando soberanamente bien. 

Deseo, nuevo single y lyric-video de Ciclonautas

Deseo es el cuarto single & lyric-video de Camping del hastío, el nuevo disco de Ciclonautas. Para llevar el tema a lo más alto se contó, entre otras, con la colaboración a la voz de Maialen Gurbindo, Chica Sobresalto.

Por medio de este lyric-video se constata que el  rock de Ciclonautas , rudo y crudo, volcánico e incandescente a un tiempo, también puede lucir ropajes de esencia cautivadora y demoledoramente melódica.  Que al power trío hispano-argentino dichos ropajes le van como anillo al dedo antes de la explosión final.

Aprovechamos para recordaros que la actual gira de presentación de Camping del hastío llevará próximamente al trío a los siguientes enclaves:

  • 18 JULIO, Canteras de Macael  (Almería, con Loquillo): ENTRADAS
  • 24 JULIO, Vitoria/Gasteiz, Las noches del Buesa (con Sôber): ENTRADAS
  • 28 JULIO, Murcia, Las noches del malecón (con Sôber): ENTRADAS
  • 8 AGOSTO, Noches mediterráneas, puerto de Alicante: ENTRADAS

Ya disponible «E-L-E-G-Í-A», nuevo disco de Sôber

Publicamos hoy viernes ELEGÍA, nuevo disco de Sôber. El trabajo ya está a vuestra disposición en nuestra tienda online, en los puntos de venta física habituales y en las principales plataformas.

Sôber  vuelven a seducirnos y cautivarnos con su nuevo álbum ELEGÍA, trabajo con el que van a reincidir a la hora de captar una vez más la atención del gran público: apoyándose en su personal magnetismo lírico y musical, lo harán de nuevo de forma transversal, habiéndose reinventado como solo de ellos cabría esperarse en este momento de su carrera: en esta nueva juventud que indudablemente están viviendo. 

Integrado por diez canciones, Elegía se asienta sobre tres súper singles que, escritos ya con mayúsculas en el palmarés del grupo (Mi heroínaVerona y Eclipse), lucen como lo que son, los puntales maestros del álbum: tres impresionantes luminarias sonoras de épico regusto magistralmente facturadas. Y todo ello sin hacer de menos al resto de las canciones, concebidas entre poderosas y envolventes atmósferas ricas en metal correoso y un Groove llamado a no dejar indiferente a nadie. 

Ciclonautas lanzan ‘Camping del Hastío’ el 21 de mayo y anuncian gira

Preventa del álbum firmado por el grupo ya disponible en la tienda online de El Dromedario Records. 

Madrid, Barcelona, Bilbao y Vitoria, primeras ciudades confirmadas de la gira. Entradas ya a la venta en www.ciclonautas.net

Ciclonautas acaban de anunciar que su tercer disco, ‘Camping del Hastío’, verá la luz el 21 de mayo. La preventa ya está disponible en la tienda online de El Dromedario Records, donde se pueden adquirir diferentes packs que incluyen este nuevo trabajo firmado por el grupo.

Además, la banda ha confirmado las primeras fechas de presentación del disco en las que visitarán Vitoria (30 de mayo, Urban Rock Concept), Madrid (4 de junio, La Riviera), Bilbao (12 de junio, Santana 27) y Barcelona (19 de junio, Apolo). Las entradas ya están a la venta en www.ciclonautas.net. ¡No te pierdas el directo más arrollador de la temporada!Vivimos tiempos complejos. Vivimos en el camping del hastío. El 21 de mayo empieza todo.

Ciclonautas presentan ‘Bombo Sicario’, su impactante nuevo videoclip

Este segundo adelanto de su próximo disco llega tras la enorme expectación que generó ‘El Sol’.

Los chicos malos del rock lo han vuelto a hacer. Tras la enorme expectación y repercusión que generó ‘El Sol’, Ciclonautas adelantan un nuevo tema de su próximo disco con la misma contundencia. ‘Bombo Sicario’ lleva un paso más allá el ambicioso sonido que marcaron con su anterior single.  Nuevos matices en la línea del stoner rock con el que regresan que promete un directo arrollador y que ya puedes escuchar aquí. La canción llega acompañada de un árido videoclip en el que la banda parece ser víctima de un ajuste de cuentas. Suerte que ellos son amigos hasta de la mismísima muerte para escapar de ella. ¡Ya lo puedes ver!

Muy pronto Ciclonautas anunciará su nuevo disco. Hasta entonces, viaja con ellos al desierto de ‘Bombo Sicario’ y… ¡no te fíes ni de tu sombra!

«No sé por qué», nuevo single y videoclip de Bourbon Kings

Bourbon Kings hacen gala nuevamente de su personal concepción del rap metal en No sé por qué, nuevo tema & videoclip erigidos sobre incontestables y contundentes bríos más acerados que nunca. Para la grabación del tema se contó con la colaboración especial a las voces de su productor Iker Piedrafita. 

No sé por qué ya se encuentra a disposición de todos en Youtube, así como en en las principales plataformas digitales.

Reserva ya ‘El sol’, el nuevo single de Ciclonautas

Comprando la edición limitada en formato físico del single entrarás en el sorteo de un pase privado con la banda para escuchar su nuevo disco antes que nadie.

El rock en mayúsculas volverá a brillar el viernes 18 de diciembre con ‘El sol’, el esperado nuevo single de Ciclonautas y primer adelanto de su próximo disco.

Ya está disponible la reserva de la edición especial limitada del single en formato físico que incluirá este nuevo tema de la banda hispano argentina que regresará tras 5 años con un sonido crudo y contundente pero, al mismo tiempo, tremendamente luminoso. Todos los seguidores que reserven el single entrarán en el sorteo exclusivo de una sesión privada con el grupo para escuchar su disco completo antes del lanzamiento.

El videoclip de ‘El sol’ nos va a volar a todos la cabeza. Todavía quedan unos días para verlo pero aquí tienes un adelanto para comprobar que Ciclonautas vuelven con más garra que nunca.

Mi primera vez: así descubría Marea

Una noche de Abril de 1999, un día cualquiera. Estoy en el Zumadi, bar que regento en Burlada, adelantando faenas de cara al cierre, cuando se abre la puerta y entran dos chavales, que a ver si les pongo un par de cañas y una cinta que me ofrecen. Me suenan de vista, de verlos por el Black Rose. Uno de ellos ya me había comentado que tenían un grupo: La Patera, se llamaban. Que ya me traerían una cinta al bar, me dijeron. Y allí estaban aquella noche, con su maqueta, titulada Marea, grabada en una TDK que aún conservo. Puse el casette y me sorprendió, pintaba bien la grabación. Dejé correr todas las canciones, desde la que le daba título hasta Como quiere tu abuelita, la última, y para su sorpresa volví a darle al play. Y empezamos a hablar: que a ver si conocía a Kutxi, que ya vendría otro día…Y llegó dicho día y el tal Kutxi de su mano, y el resto del clan: de la tripulación de aquel peculiar barco pirata que por entonces era La Patera, integrada además de por César y el Piñas, los chavales que me dieron la cinta, por Alén (casualidades de la vida, trabajaba en la asesoría que nos llevaba las cuentas del bar) y Kolibrí: el ‘Uoho’ de los Marea, tal y como me sería presentado meses después. Al día siguiente quedé con Kutxi para olernos de forma más pausada. Poco a poco los desembarcos de La Patera en el Zumadi fueron sucediéndose cada vez con más frecuencia (he ahí la sensación que me quedaba cuando llegaban, de estar ante un desembarco), hasta que llegó un momento en el que terminé por saberme parte de la tripulación.

“Va a subir la marea / y se lo va a llevar todo”, había cantado casi una década antes Roberto Iniesta en la ópera prima de Extremoduro, sin saber cuánta razón encerraban sus palabras. Que aquellos versos estaban llamados a ser proféticos: por azar del destino, La Patera acabó transformándose en Marea y, salvo a la banda de Robe y pocos más, cual tsunami todo se llevó.

Kutxi y yo no perdimos el tiempo para quedar, citándonos en un bar un día después de nuestra primera vez en el Zumadi. Ya allí, para abrir boca, me confesó que le había gustado mucho una entrevista que había hecho a Extremoduro con motivo del lanzamiento de Canciones prohibidas, publicada en El Tubo,  diciembre de 1998. Que sepas que la tengo colgada en mi cuarto, dijo mirándome. Viendo la pasión y confianza con que me estaba tratando, pensé que aquel tipo y yo teníamos bastante que ver, y le correspondí con la misma cercanía. Tras hablar un buen rato de música y confiarnos mutuamente curiosas peripecias relacionadas con ella, la conversación se escoró hacia el terreno de la literatura, confesándole yo algo que aún no conocía mucha gente: que también escribía con el ‘alias’ de El Piloto Suicida: con cierto éxito, con todo el éxito del mundo para mí (esto no le dije), toda vez que dos años atrás había comenzado a enviar artículos a Egin así firmados y, pese a que no sabían quién era, salían publicados. Kutxi me miró abriendo los ojos más si cabe: que sepas que el artículo que escribiste sobre la muerte de Lady Di (Di de dinero, Di de difunta) lo tengo colgado al lado del de Extremoduro, fueron sus palabras. Desde esos días nos hicimos inseparables, él, yo y los Marea en general.

A partir de ahí nuestros caminos se enredaron para siempre, quedando yo con ellos por sistema ya para asistir a conciertos de otros (siendo la primera vez a propósito de la primera visita de King Putreak al Terminal, serían unas cuántas más), o de La Patera, como el ofrecido en el mes de mayo en el Maiatza Rock de Burlada. O ya con el nombre de Marea, en agosto de dicho año en el Black Rose. Viendo yo la aceptación que estaba teniendo la banda, el no se sabía qué que tras sus conciertos quedaba flotando de forma mágica en el ambiente, una cosa tenía clara: aquel grupo tenía algo. Estaba cantado, sí: y más que lo que iba a ser cantado con el tiempo Marea, el primer tema de aquella primera maqueta.

Ya en diciembre, los Marea me hicieron un hueco en su furgoneta para ir con ellos a Vallekas, a un bolo de presentación en la legendaria sala He Be. Conducía June, encontrándose en Madrid de promoción Alén, César y Kolibrí. Cosas del invierno, la ida se transformó en una odisea de casi doce horas de duración pasada por nieve, retenciones y frío, teniendo yo la ocasión de ver de primera mano una de las caras del rock menos conocidas y una de las más duras: la referida aquella mañana de diciembre a la carretera, al filo de lo imposible por momentos, con sus invernales/infernales circunstancias a flor de asfalto en algunos tramos: vuelcos, camiones en las cunetas abiertos de patas en una especie de “espagat”, interminables e intermitentes paradas… ¿Lo  mejor del viaje? Esto… La música aportada por el primer disco de un grupo que, compañeros de discográfica de los Marea por entonces y con su primer disco recién publicado, en pocos meses daría infinitamente que hablar.

Finalmente, con el tiempo justo, sobre las 19:30 llegamos a la sala He Be, donde, ante cerca de treinta personas (en el mejor de los conteos, Kike Turrón entre ellos) tocaron los ocho temas de la maqueta más algunos nuevos, con uno de estos, Corazón de mimbre, brillando con luz propia. Toda vez que al día siguiente casi todos teníamos que volver a casa por temas de trabajo, tras depositar la furgoneta en un aparcamiento denominado ‘Poético’ (ni habiéndolo buscado a propósito), nos retiramos pronto a descansar, a un apartamento a todas luces insuficiente para todos: allí, aquella noche, Alén y June me mostraron como nunca antes hizo nadie su gran corazón y humanidad.

El año 2000 trajo nuevos viajes (cómo olvidar la primera vez a Villar del Arzobispo, Valencia, donde se tocó en un disco-pub, o a Agurain, invitados al concierto del 20º aniversario de La Polla),  y nuevo disco, Revolcón, tras ver el grupo la inclusión de una de sus nuevas canciones, Si viene la pestañí, en el recopilatorio veraniego Aurtengo Gorakada, que con gran éxito llevaba lanzando desde 1997 su nueva discográfica, GOR. A dicho pueblo de Valencia regresaríamos varias ocasiones más, compartiendo carteles con Berri Txarrak, Boikot, Soziedad Alkohólika o Barricada. Con motivo de una de aquellas visitas, se hicieron unas botellas de vino conmemorativas, correspondiéndome el honor de salir en la etiqueta. Ya con unas botellas en mi poder, decidí regalar una a mis padres. Y en buena hora, he aquí qué dijo mi madre al reconocerme en ella: “me parece muy bien que vayas a fiestas de los pueblos, pero que vuelvas en las botellas…”

Apenas entrados en 2001, nuestro primer viaje fue a Muxika, Bizkaia, para visitar a Iñaki ‘Uoho’ Antón, cuyo nombre se llegó a barajar para asumir la producción de Revolcón, aunque la cosa quedó en nada: algo que se haría realidad al año siguiente, aunque aún no lo sabíamos. Y allí que fui con ellos, toda vez que yo puse a ambas partes en contacto: no en vano para entonces había entrevistado tres veces al legendario guitarrista de Extremoduro y aún de Platero y Tú. Ya en primavera, dicho año llevó al grupo por primera vez al Viña Rock, correspondiéndoles abrir el festival, y en verano, a protagonizar en la Aste Nagusia de Bilbo un concierto junto a los Platero, uno de los últimos antes de su separación.

2002 vio la grabación del tercer disco, Besos de perro, con ‘Uoho’ al mando de la nave, y de manos de dicho álbum, tres, dos, uno, ¡cero!, llegó el final de la cuenta atrás hacia el comienzo del éxito masivo, sin que el mismo haya decrecido en ningún momento hasta la hora de redactar estas líneas: más bien al contrario, habiéndose acrecentado exponencialmente disco a disco, gira a gira. Por cierto, en dicho 2002 Marea regresarían al Viña Rock, correspondiéndoles cerrarlo.

2004 vio un nueva ‘excursión’ a Madrid por un motivo que, a partir de entonces, a una con la publicación de todos sus discos, se convertiría en habitual: la recogida de un primer Disco de Oro por las ventas de Besos de perro, recibiendo yo también uno que me fue entregado por Alfredo Piedrafita: algo, recibir un disco de oro concedido por Marea, que volvería a disfrutar en 2007 en puertas del primer viaje transoceánico del grupo, (por las ventas de Las aceras están llenas de piojos, me lo entregó Rosendo); 2012 (por las de En mi hambre mando yo (me lo trajo Kutxi y me lo dio en nuestro bar de cabecera, el Manolo de Santa Engracia de Pamplona) y en 2019 por las de El azogue, recogiéndolo en esta ocasión de manos de Iñaki Antón y Roberto Iniesta: solamente por haber sido objeto de semejantes distinciones me considero más que pagado en el mundo del rock & roll. Marea en fin. Mis hermanos en lo bueno y en lo mejor, nada que reprocharles en tantos años de compadreo, ¡la madre del cordero, desde Nochebuena de 1997 la que han liado! La madre del cordero y del rebaño entero. Y de cuantas madres engendraron el rebaño. Mis Marea, única banda de su nivel y trayectoria que, tal vez porque se quieren, continúa conformada cerca de veinticinco años después por sus mismos cinco miembros originales. Y lo que te rondaré morena, siendo los mismos que cuando empezaron y como los dedos de una mano siempre, uno para todos y todos para uno. Como siempre fue, ha sido y será, capitaneados por un Kutxi experto en dibujar nuevas piruetas en cada nuevo salto mortal, demostrando siempre una fortaleza y una agilidad metal fuera de lo común: y, a la chita cantando, coser y cantar, ahí siguen, hilvanando melodías y emociones en su particular rueca, prestos al unísono a acariciar almas y espíritus con su música o a golpear: a dar golpes de mano con cada uno de sus lanzamientos, áureos ya por definición. Kutxi, Alén, César, Piñas y Kolibrí, más grandes que la luz del sol.

J. Óscar Beorlegui

Mi primera vez: así descubrí a Negu Gorriak

Antes de que comenzara a escribir en El Tubo, cuyo nº 1 vio la luz en junio de 1989,  ya era lector de la revista. Devorador compulsivo más bien, lo mismo que de Bat, Bi Hiru, suplemento musical de Egin capitaneado por el para mí imprescindible Pablo Cabeza. Leyendo en ambos medios entrelíneas determinados artículos fui teniendo la sensación de que tras la separación de Kortatu, en las siempre bullentes cabezas de Fermin e Iñigo Muguruza se estaba tramando algo: desde el verano de 1989 (concretamente), quedando confirmados mis mejores presagios con la publicación por sorpresa en junio de 1990 del primer disco de su nuevo grupo, cuyo nombre, en lo que fue un gran golpe de mano, no había trascendido al gran público: Negu Gorriak. La formación, trío en sus inicios, estaba integrada por Fermin, a la voz, Iñigo, a las guitarras y Kaki Arkarazo, a la producción y también a las guitarras.

Rupturistas donde los haya en fondo y formas, Negu Gorriak no representaban una evolución sin más respecto a Kortatu, sino toda una revolución de desconocidas dimensiones a la vista del potencial de su disco debut. Negu Gorriak representaban una especie de factoría sonora y de ideas frente al concepto de banda convencional, y su irrupción fue volcánica, pillando la erupción con el paso cambiado a casi todos. Y es que ninguna otra banda del entorno había procedido así hasta entonces,  publicando su primer disco sin haberse dado previamente a conocer y, claro está, sin haber actuado en directo. Y sin vocación de hacerlo de primeras, de salir a la carretera como salían y siguen saliendo las bandas: tal y como los mismos Fermin e Iñigo lo habían sufrido en Kortatu, antes de terminar agotados y engullidos por el bucle disco – gira – disco. De hecho, con su primer álbum en la calle, solo harían una actuación, diciembre de 1990 ante la prisión de Herrera de la Mancha. Tal vez lo que estaban diciendo con ello es que, a la hora de tocar, iban a marcar y controlar ellos los tiempos. 

Con planteamientos como esos su sorprendente primer disco marcó de sopetón el arranque de la década de los noventa, dejando entrever con 14 certeros hachazos las bases, los pilares sobre los que se asentaría la espectacular trayectoria del grupo: desde la creación en 1991 de Esan Ozenki como discográfica llamada a editar sus álbumes (hasta cuatro veces se repite dicho nombre en la primera canción del disco, así titulada, toda una declaración de intenciones) hasta la de Bertso Hop, tienda concebida como eje de la distribución de los mismos y título de otro de los hits, brillando además con singularísima luz propia temas como Irakats ziguten hostoria, Amodiozko kanta Radio Rahin: rotunda carta de presentación que venía con un videoclip firmado por un video-realizador cada vez más reconocido, Manolo Gil. Para estas alturas la popularidad del otrora propietario del Ttutt ya había tocado techo, tras haberse encargado en 1989 de la grabación del laureadísimo video doble directo de Barricada

Quedaba claro que en la nueva normalidad musical puesta en marcha por  los Muguruza nada quedaba al azar, habiendo sido todo minuciosamente pensado: incluso el nombre del grupo, cogido prestado de la letra de una canción de Mikel Laboa, Gaberako aterbea. Dicha canción fue versionada por Negu Gorriak a finales de 1990 en un disco homenaje al citado, Txerokee, Mikel laboaren kantak. Los por entonces prometedores Su Ta Gar también incluirían en dicho álbum una versión-homenaje a Laboa, Haika mutil, cosechando con ella su primer gran éxito de masas.

Estaba claro, cada paso a dar estaba repensado y repasado al milímetro, previo paso y análisis en la cabeza fría y el corazón caliente de Fermin: estratega y agitador más que músico solamente que, tras traficar en los ochenta con el punk y el ska-hardcore poniendo a los vascos con sus ritmos en pie de baile, ahora se disponía a hacernos rapear, cambio previo de las txapelas por las características gorras del hiphop. Y lo consiguió. 

1991 trajo un segundo disco del grupo, Gura Jarrera; la programación de una primera gira, Power to the people tour 1991, internacional nada más y nada menos; el cambio de formato, pasando la banda de ser trío a quinteto (con la incorporación de Mikel Kazalis, de Anestesia, como bajista, y de Mikel Ábrego, de BAP!!, como batería) y la fundación de la discográfica Esan Ozenki como plasmación de la querencia de Fermin por la autogestión y lo que actualmente se denomina 360: tratar de abarcar y de centralizar todos los aspectos relacionados con la carrera de un grupo, siendo en esta materia todo un pionero. 

Dicho año 1991 sorprendió además a propios y extraños por la creación de discográficas por parte de muchas bandas, apareciendo sellos como Cika Records o Aketo, auspiciados por Cicatriz y Hertzainak respectivamente. Pero no era algo nuevo, previamente ya lo habían intentado La Polla Records en 1987 (Txata) o Eskorbuto en 1988 (Buto-Eskor), haciéndolo en años posteriores Soziedad Alkoholika (Milagritos, 1995) y ya en 2007, Su Ta Gar (Jo ta Ke Ekoizpenak) o incluso Extremoduro, Muxik.

El primer concierto de dicha primera gira tuvo lugar el 7 de septiembre en Ezpeleta, ciudad de Iparralde o país vasco-francés sita a 82 kilómetros de Pamplona; y toda vez que Iruñea no salía en el listado de ciudades a visitar, allí que fuimos, sin mapa de carreteras, entradas ni franco alguno (moneda francesa de la época), disfrutando, eso sí, como niños pequeños del concierto: creada la banda como nunca habíamos visto hasta entonces (en mi opinión, como si de una suerte de ‘euskal selekzioa’ o selección musical vasca se tratara), Negu Gorriak sonaron en su presentación como un cañón, quedando sobradamente cumplidas las expectativas de cuantos peregrinamos allende la frontera para verles.

Profundizando hasta límites insospechados en las mixturas estilísticas mostradas en su primer álbum, Gure Jarrera vino a decirnos que dicha miscelánea, plasmada sin complejos ni prejuicios mediante un crossover brutal, había venido para quedarse, siendo la nueva consigna ‘sustraia, rock, rap, reggae’ (BSO): toda una defensa de las raíces de Negu Gorriak, reivindicándolas ellos en este álbum tal y como hicieran Sepultura con las suyas cinco años después en el descomunal Roots. Y, pese al empeño de gentes como el general Enrique Rodríguez Galindo, quien les tuvo en vilo con una demanda entre 1993 y 2001, así defendieron siempre sus raíces: con los músicos, partiendo de lo ya hecho, ahondando en ellas a la búsqueda de significativas y coloristas nuevas vueltas de tuerca, quedando plasmadas en canciones como Gora HerriaKolore BiziaChaquito (tema en el que se atrevieron incluso con la salsa: incluidas estas dos últimas en su impactante disco negro Borreroak baditu milaka aurpegi) o en Ideia Zabaldu al completo, su penúltimo trabajo, antes de despedirse en 1996 con Salam, agur. En este disco, a modo de agradecimiento, homenajearon hasta a quince artistas de cabecera suyos, foráneos mayoritariamente como Otis Redding, Minor Threat, Public Enemy o Dead Kennedys, aplicando de facto la banda al hecho musical un concepto del que en cuestión de pocos años comenzaríamos a oír hablar, la ‘globalización’: algo bueno tenía que tener…

Tres veces más vi a Negu Gorriak: en Saturrarán, Gipuzkoa, junto con Mano Negra (enero de 1992, no diremos que irrepetible el concierto porque a la vista de la expectación generada se programaron dos fechas, viernes y sábado); Pamplona, pabellón Anaitasuna,  mayo de ese mismo año (Tour 91+1), siendo la producción impactante a todos los niveles) y en 1994 en Burlata, compartiendo escenario y causa con Soziedad Alkohólika a una con la presentación del colectivo insumiso Nafarroa Intsumitua. De este concierto no disfruté como de los anteriores: dados  mis antecedentes al otro lado de la barra y como parte implicada en el nuevo colectivo, me tocó ejercer de camarero.

Finalmente 1996 vio el adiós de Negu Gorriak, yéndose como llegaron a nuestras vidas, por sorpresa; dejando un incontestable legado de discos, giras y coherencia artística e ideológica, quedando perfectamente rubricado esto último en febrero de 2001 con un regreso puntual: cosa de que de pronto hubiera algo que celebrar. Y es que, tras años y años en vilo, de repente llegó ella, la victoria sobre Galindo. La más esperada y deseada de las victorias, ‘Gurea da garaipena’, algo que el grupo festejó a lo grande, ‘Marcha triunfal’, lo hubiera denominado Rubén Darío: reuniendo en tres macro-conciertos a unas 30.000 personas, 30.000 afortunadas almas que, al igual que su inmensa legión de seguidores, nunca los olvidarán.

J. Óscar Beorlegui